Blogia
patetismo

Bueno, ya hacía tiempo que no ponía ninguna nota. Y ahora siento remordimientos. La situación entre mis padres parece cada vez peor, porque apenas se hablan. Y me da la impresión de que yo, en lugar de arreglar las cosas, me dejo llevar siempre por mi enrarecido estado de ánimo y acabo estropeándolas más aún.

Eso es lo que me ha pasado hoy. No puedo con todo y me basta cualquier cosa para saltar o para actuar de malos modos. He dormido muy poco porque unos paletas han llamado a la puerta por la mañana. Querían subir al tejado para arreglar el techo de los vecinos de los alrededores, y como todos se han escaqueado, la única opción era venir a mi casa -precisamente, la única que no tiene problemas de ningún tipo. Y han venido porque mi padre les ha dicho que podían hacerlo tranquilamente, sin contar para nada conmigo. Al principio he seguido en la cama, aunque escuchaba el ruido del timbre, con la esperanza de que se fueran o de que probasen con otros vecinos. Pero como no paraban, me he levantado y les he abierto. Y he tenido que pasarme toda una mañana que yo pensaba dedicar a relajarme y a no hacer nada -el típico día de descanso que me doy siempre tras entregar una obra- pendiente de que pudieran entrar o salir. Y eso me parece estupendo si están arreglando algo perteneciente a mi casa. Pero cuando no es así, y encima los demás vecinos le echan morro al asunto, pues me enfado.

Pese a todo, cuando ha llegado mi padre no le he dicho nada. Simplemente le he explicado cómo estaba el asunto -a fin de cuentas él no sabía que los paletas no tenían nada que arreglarnos a nosotros-, y lo ha comprendido. Les ha dicho que no vuelvan más, que llamen a los otros vecinos. Me he serenado, aunque hemos tenido paletas hasta las seis y media de la tarde. Él ha vuelto al trabajo, y yo he estado leyendo hasta que me ha dado por poner una película, Cuestión de pelotas.

Y cuando más interesante se pone, llega mi padre y dice que quiere ver el rondo. Como sé que negarse equivale a tener problemas, he quitado la película pero no he podido evitar dar varios golpes y cerrar la puerta de mi cuarto con mala leche. Lo que peor me sabe es que mi padre ha sido consciente de todo y ha venido a pedirme disculpas y a decirme que si quería siguiera viendo la película, que ya se iba él al televisor de arriba.

Me he sentido fatal por mi reacción, pero es que no puedo con todo. Me supera la situación. Me siento muy mal cuando pienso en cómo están las cosas y me dejo llevar por mi confusión. Mi padre me ha vuelto a pedir disculpas y yo, sin atreverme a pedir perdón abiertamente, he reconocido que me he pasado y le he dicho que no tenía importancia. Me da la impresión de que mi padre está tan perdido como yo y eso me entristece. A veces tengo muchas ganas de huir y, de una vez, comprarme un piso o alquilarlo en el centro de Barcelona e intentar una nueva vida.

En cuanto a Jessi, pues sigo sin saber qué pretende. No hay ningún tipo de tono que apunte a algo, sólo actitudes suyas por las que yo podría pensar que le gusto, y otras por las que podría llegar a la conclusión de todo lo contrario. Al menos creo que se siente a gusto conmigo.

Hablé este fin de semana con Eva, y me sentí muy bien porque estuvo muy simpática y muy dulce. Tengo muchas ganas de verla de nuevo, pase lo que pase. Es una persona extraña, acelerada, pero hay algo en todo eso que me gusta, o al menos que me suscita interés.

Y el gimnasio... estoy dejando de tomármelo tan en serio. He acabado muy agotado después de un sacrificio de tantos meses. Ahora me apetece más mantenerme simplemente y no dedicarle tanto tiempo, aunque está claro que perderé forma. Lo mejor de todo es que creo que mi personalidad, mi forma de ver las cosas, está por encima de mi aspecto físico de cara a los demás. Esto mismo no podría haberlo dicho hace unos meses.

He aquí una foto con mis resultados. Me ha costado mucho llegar aquí, y ahora no le veo sentido.



Una última recomendación, un disco que está siendo para mí un rayo de optimismo en esta época de confusión y agotamiento: Get Happy, de Elvis Costello. Una estupenda colección de canciones pop y soul en las que Costello deja claro que es uno de los compositores más importantes de los últimos años.

1 comentario

Gru -

La famosa tableta de chocolate.