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patetismo

Me estoy gastando demasiado dinero. Encima, mis padres cada vez se pelean más. Y para colmo, no dejo de pensar ni un momento en mi pene canceroso.

Lo de mis padres ha llegado a un punto que se me hace muy incómodo. Mi madre lleva toda la semana durmiendo en el despacho, y hoy, cuando he vuelto de Barcelona, les he escuchado discutir seriamente. Creo que mi madre tiene toda la razón del mundo en sus quejas. El problema de mi padre es que, sin ser en absoluto mala persona, tiende a jugar con el concepto de la culpa a la hora de recriminar las cosas que no le parecen bien o que le molestan por algún motivo. Es habitual entonces la palabra "decepción", los malos gestos, el "ya sabía yo que de ti no podía salir nada bueno", y todo esto con rostro de desprecio y desengaño. El objetivo es obviamente generar sentimientos de culpa, y yo creo que debo una buena parte de mi inseguridad a haber absorbido este tipo de reprimendas desde la infancia. Me da la impresión de que en ocasiones mi padre ha apretado demasiado las tuercas, me ha sometido a demasiada presión con respecto a mi forma de actuar, lo que debía hacer y lo que no.

Llega un momento en que eres capaz de analizar la situación distanciadamente, darte cuenta de este tipo de procedimientos y escapar de ellos, pero está claro que tantos años acaban dejando huella. Actualmente, cuando mi padre me sale con otra de sus escenas por alguna tontería, lo que ocurre es que me irrita que emplee una y otra vez la misma táctica y entonces me enfado y suelo contestar mal, porque me toca la fibra. Me molesta enormemente tener la impresión de haber cometido un crimen por cada cosa que a él no le parece bien, ya que creo que ésta ha sido una de las cosas que han hecho desarrollar en mí un excesivo sentimiento de culpabilidad y de autoexigencia. Como a lo largo de los años he logrado darme cuenta de la injusticia de algo así, no soporto ya este tipo de enfados y de ahí mis reacciones. Otra de las cosas que mi padre hace bastante es despreciar sin ningún motivo, dar una imagen negativa a los demás de mí mismo que se aleja mucho de la realidad. Hoy han estado aquí Manel y Mari Carmen, los padres de Francesc, y Manel me ha recordado -con razón- que mientras estuve en su casa de campo, Francesc y yo nos comprometimos a librar de matorrales una zona de tierra, pero se nos olvidó y al final no hicimos nada. Manel ha dicho esto en parte en parte en serio pero sobre todo en broma, y entonces mi padre ha aprovechado para hacer uno de sus característicos comentarios: "Qué ingenuo que eres por confiar en ellos para que hicieran algo". Creo que él no es consciente de lo mal que me sientan cada una de estas frases y de lo injusto que lo veo, ya que cuando me pide algo no dudo en hacerlo. Por ejemplo, el día de las elecciones generales, volví a las ocho de la mañana después de estar toda la noche fuera, fui a votar y después no me acosté hasta las dos del mediodía, porque quise acabar a tiempo una traducción que él mismo me había pedido, y no le exigí nada a cambio. Todas estas cosas se le olvidan e incurre una y otra vez en el lamentable discurso del desprecio vacío.

Sin embargo, no culpo a mi padre por esto, ya que sé por qué lo hace. Mi abuela es también así, actúa de esta misma manera -su arma es generar remordimiento- y con él lo consigue siempre. Mi padre, según creo, no es capaz de cambiar su forma de actuar porque la ha sufrido desde niño y porque todavía le afecta -estoy seguro de que se siente mal cuando mi abuela le llama por teléfono y le monta escenas, con lloros incluidos, porque hace un mes que no va a verla o cosas por el estilo. Y por otro lado, mi padre tiene otra serie de facetas excepcionales. Ahora sólo he contado una parte muy concreta de él, no he pretendido ofrecer una imagen negativa. Pero esta parte de su carácter me molesta mucho, pues a veces me da la impresión de que siente algún tipo de desapego hacia la familia (considerando como familia a mi madre, a mi hermano y a mí). Las quejas de mi madre van en este sentido. Y plantearle el problema, como intenta hacer mi madre cuando se pelean, no lleva a nada, se encierra en banda en su catálogo de desprecios y decepciones.

Cambiando de tema, cuando esta tarde mi madre me llevaba en coche a la estación, he escuchado una bocina frente a nosotros. He mirado y era Jessi, desde su coche. Me ha saludado con una sonrisa y yo le he devuelto el saludo, estupefacto. Me he mirado en el espejo desplegable, me he encontrado muy feo y me ha fastidiado que ella me haya visto así. Encima, estaba nublado y no llevaba las gafas de sol para protegerme.

Mañana por la noche he quedado con Ferran y una chica que conocí por messenger. Le he dicho a Ferran que se venga porque no conozco demasiado a esta chica y porque ella quiere ir al cumpleaños de un amigo suyo, y la verdad es que no me arriesgo a quedarme tirado en pleno centro de Barcelona a las tantas de la noche. Si la cosa no va bien lo más probable es que nos vayamos a Arena. Eso sí, espero que no me salga el tiro por la culata y Ferran me la acabe levantando.

Bueno, y ahora un mensaje para ti, querida Gru. Te digo en serio que creo que esto sólo lo lees tú, pero nunca me ha interesado el reconocimiento masivo, de manera que me parece estupendo que ya que sólo tengo una lectora, al menos sea de calidad ("I like it", para seguir con mi obsesión Rezillos).

A trabajar un poco más, leer el Sport y a la cama.

2 comentarios

isaac antonio -

No sé que edad tien el huevón pero me parece que se queja de lleno. Si se comprometió a cortar no sé que huevá, hágalo pues, porque si sigue a´sí no va a llegar a ninguna. Tanto lloriqueo de esta juventud actual. A la primera el suicidio... ¿o este huevón lo dijo en broma?... Quizás sea una manera de expresarse. Una amiga mía decía ¡Mortal! cuando algún platillo le gustaba. de todas maneras, hay que decirlo, escribe bien; se entiende lo que quiere decir.

Gru -

Ando mal de tiempo, pero he podido leerte. Ya te comentaré cuando vuelva porque me ha parecido muy interesante lo que has escrito en la entrada de hoy. Ánimo.